EL MODELO FONDOS REGIONALES INDIGENAS

Actualmente los Fondos Regionales Indígenas funcionan como una instancia o ventanilla receptora de solicitudes de proyectos productivos, que las organizaciones o grupos concurrentes presentan para mejorar sus condiciones de vida, no han funcionado necesariamente como instancias aglutinadoras de los grupos de productores indígenas organizados, ni tampoco como espacios para discutir y planear sus proyectos con un enfoque comunitario, local o regional, sus procesos llevan otros caminos.

Por otra parte, existe poca concurrencia de otras instancias, por lo que se dificulta fortalecer técnica y financieramente los proyectos que son apoyados por los Fondos Regionales Indígenas; en este sentido, el modelo ha comenzado a desmembrarse al no contar con suficientes apoyos, toda vez que la actual política social es cada vez más estrecha, reduciéndose de manera sustancial los recursos destinados al desarrollo social por parte de la Secretaria de Hacienda.

Otra limitación del modelo es que la estructura de su base organizativa, se conformó con grupos indígenas de diferentes localidades con graves rezagos y carencias, lo cual ha llevado a los FRI a que su cobertura de atención sea excesiva en vez de intentar la consolidación productiva de los grupos ya beneficiados, contradictoriamente, las reglas de operación no permiten que un FRI apoye de manera consecutiva a una organización ya beneficiada hasta que la misma haya recuperado el monto del apoyo. (Barrón, A. 1995:219)

En este sentido, este modelo de atención, se suma al esquema neoliberal que descarga gran parte de la responsabilidad en la población indígena y en la sociedad civil para enfrentar su propia problemática; por otra parte, el modelo considera en su conceptualización la revolvencia (recuperaciones) de recursos económicos provenientes de los socios que han resultado beneficiados con un proyecto, esquema que no ha funcionado en esencia porque este modelo está diseñado como un instrumento más para reajustar los desequilibrios del mercado interno; por otra parte la cultura mercantilista no es parte de la idiosincrasia de los pueblos indígenas, en este sentido la actual estructura organizativa del Modelo  ha permitido al Estado distanciarse de los pueblos indígenas de una manera discrecional.

En teoría, el modelo de Fondos Regionales ofrece a los productores indígenas, la posibilidad de diversificar sus actividades productivas y obtener ingresos adicionales que les permiten complementar el ingreso. Se ha mantenido un crecimiento tanto en número de Fondos como del número de organizaciones o grupos de trabajo, en ese sentido ha constituido una estrategia propia de los Fondos y que ha logrado permanecer y trascender los cambios de administración.

Los diferentes actores sociales que intervienen en la operación del Programa, (funcionarios, dirigentes, técnicos, bloques de poder regional y beneficiarios) se inter relacionan dentro de una compleja red social multifactorial que va mas allá del contexto regional, dificultando que el modelo opere como está plasmado en el papel.

Dentro de los componentes metodológicos con que cuenta el modelo Fondos Regionales Indígenas, es que el capital social generado e integrado por los recursos recuperados que se encuentran en las distintas redes de organizaciones socias, se consideran para incrementar el capital social; la base social de las recuperaciones son las relaciones de confianza, reciprocidad y cooperación, este componente ha sido poco aprovechado en el desarrollo del Programa.

Persistentemente se ha hablado de desaparecer el Programa Fondos Regionales, cada administración que ha llegado al INI y actualmente a la CDI, han llegado con la intención de eliminar este programa , denostando el trabajo de los técnicos de la CDI como si ellos fueran los responsables de las fallas del modelo de atención; sin embargo cuando se dan cuenta del potencial socio político del programa, recapitulan manifestando que el programa se debe adecuar y se ven urgidos a presentar una propuesta de modificación a las reglas de operación del programa, situación que por diversos factores nunca consultan con el sujeto de atención, por otra parte, es pertinente aclarar, que el hecho de modificar anualmente las reglas de operación no significa adecuar ni rediseñar un programa o modelo de atención.

Otra constante en los FRI son los bajos índices de recuperación, debido principalmente a los bajos montos de los apoyos y a las características de los proyectos, sobre todo de aquellos que se realizan con actividades tradicionales y que no son considerados como rentables, el origen de las recuperaciones generalmente difiere según la tipología del proyecto, las cuales son escasas en los proyectos de apoyo a la producción de básicos; por otra parte los apoyos se han otorgado no pensando en que el recurso se da para un proyecto, si no para poder mitigar una urgencia.

FUENTE: Tesis MDR Ángel Espinoza, abril 2009.

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Fotografía: Sede del pueblo indígena de Mazatan, Jalisco, Mpio. de la Huerta, 2010.

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